"No abandones jamás el camino de la virtud y
del honor; es el único medio por el cual puedes
ser feliz"
BUFFON.
La honradez y la veracidad se avienen bien juntas.Honradez es verdad, y verdad es honradez.
La verdad por sí sola acaso no constituye la grandeza de un hombre, pero sí es el elemento más
importante de un gran carácter, puesto que da seguridad a los que lo emplean y confianza a los
que sirven a sus órdenes. La verdad es la esencia de toda regla moral, de la integridad y de la
independencia: y es de primera necesidad para todos los hombres. La veracidad absoluta es más
necesaria hoy que en cualquier época anterior de nuestra historia.
El mentir,por más común que sea, es denunciado hasta por el embustero mismo,que protesta
que está hablando la verdad, porque sabe que ésta es generalmente respetada, en tanto que el mentir
es universalmente reprobado. No sólo es deshonroso el mentir, sino que implica cobardía. "Atrévete
a ser verídico --decía Jorge Herver; --Nada hay que necesite jamás de la mentira".Los embusteros
perniciosos son los que se mantienen al borde de la verdad: porque no tienen valor para referir un
hecho como es, sino que le dan vueltas, y dicen lo que es realmente falso. Una verdad a medias es
lo peor de las mentiras.
Hay sierta doblez en la vida, que es del todo tan mala como la falsedad verbal, pues las acciones
hablan tan clarocomo las palabras. El hombre vil es falso en aquello mismo que manifiesta; elude la
verdad de lo que manifiesta creer; juega siempre a dos caras, y carece de sinceridad y de veracidad.
El hombre sincero habla como piensa, cree como pretende creer, obra como hace profesión de obrar,
y cumple lo que promete.
" Son comunes otras maneras de contradicción práctica--dice el señor Spurgeon; --algunos son intolerablemente liberales; otros son feroces defensores de la paz, o destemplados contra la
intemperancia. Hemos conocido partidarios de la generosidad que eran miserablemente tacaños; y
hemos oído hablar de personas que han sido sostenedoras de la verdad de cierta forma de doctrina,
se entiende, y que, sin embargo,no han tenido miramiento por la verdad en materia de compras, o
respecto de las reputaciones de sus prójimos, o de los incidentes de la vida doméstica".
El mentir es uno de los vicios más comunes y de más conveniencia, y predomina en lo que se llama
alta sociedad. No está en casa, es la forma establecida para despedir al que va a hacer una visita.
Tan necesario se supone el mentir para finalizar los negocios humanos, que ya está tácitamente aceptado.
Una mentira puede considerarse inofensiva,otra venial, otra impensada. Comunes son las mentiras
pequeñas; pero, por mucho que se tolere,el mentir es más o menos detestable para todo hombre o
mujer de espíritu sencillo. "Las mentiras--dice Ruskin-- pueden ser leves y accidentales,pero son
asqueroso hollín del humo de la carbonera, y es mejor que nuestro corazón quede desde luégo
limpio de ellas, sin cuidarnos de cuáles son mayores o más atroces".
"Mentir el el extranjero para provecho de la patria", solia ser máxima de los diplomáticos;pero
el hombre debe tener en más su palabra que su vida. Cuando Régulo fue enviado por los
cartagineses--cuyo prisionero era -- a Roma, con un acompañamiento de embajadores a pedir la paz,
fue con la condición de que volvería a su prisión si no lograba su empeño. Prestó el juramento y
prometió que volvería.
Cuando se presentó en Roma,instó a los Senadores para que perseverasen en la guerra y para que
no consintiesen en el canje de prisioneros, lo cual implicaba su vuelta al cautiverio en Cartago. Los
Senadores, y hasta el Sumo Sacerdote,sostenían que, como se había arrancado el juramento por fuerza,
él no estaba obligado a volver. "¿Habéis resuelto infamarme?" , les preguntó Régulo. No se me oculta que
se me esperan la muerte y los tormentos; pero ¿ qué es todo esto comparado con la vergüenza de una
acción infame, o las congojas de un ánimo culpable? Por más que ahora sea esclavo de Cartago,conservo aun el espíritu romano. He jurado volver: mi deber es cumplirlo. Los dioses cuidarán de lo demás". Y
Régulo volvió a Cartago y murió en el tormento.
" Que el que quiera vivir bien-- decía Platón--procure llegar a la verdad, y entonces, y no antes, dejará
de afligirse". Y podemos citar aquí también un pasaje del Emperador Marco Aurelio: "El que obra injustamente,obra impíamente; porque desde que la naturaleza universal ha hecho a los animales
racionales para su mutuo servicio, para ayudarse unos a otros, conforme a sus merecimientos, pero en manera alguna para dañarse unos a otros, el que quebranta su voluntad es claramente culpable para con la
Divinidad Suprema. Y también el que miente es culpable de impiedad, para con la misma Divinidad, por
la naturaleza universal de todas las cosas que hay, y todas las cosas que hay tienen relación con todas las cosas que adquieren existencia. Así pues,el que miente intencionalmente es culpable de impiedad, por cuanto obra injustamente engañado; y también el que miente sin intención, por cuanto está en desacuerdo con la naturaleza universal, y por cuanto perturba al orden al ponerse en pugna con la naturaleza del mundo:
porque se pone en pugna con él aquel que va por sí mismo a lo que es contrario a la verdad, porque ha recibido facultades de la naturaleza, y por descuidarlas, ya no puede distinguir la falsedad de la verdad. En
efecto, el que busca el placer como un bién, y evita el dolor como un mál, es cúlpable de impiedad".
De varias maneras se manifiesta la verdad y la honradez. Ellas caracterizan a los hombres de recto proceder, a los que son íntegros en sus negocios, a los que no engañan a los demás por sacar mayor provecho. La honradez es la más sencilla y la más humilde manifestación del principio de la verdad. Las
medidas cabales, las pesas justas,las muestras exactas,el servicio completo, el estricto cumplímiento de los
compromisos, son cosas indispensables para los hombres de carácter.
VENANCIO G. MANRIQUE
Term: Manrique, Venancio G, 1836 - 1889
Capítulo de libro
AnexoPrólogo a la edición original de Cantos populares de mi tierra (1877)Dos palabras1Hé aquí un jénero de poesía enteramente nuevo en el país, i acaso en la lengua castellana, con perdon de Rodríguez Rubí, como que aparte la fiel pintura de las costumbres materia de ella, bajo el disfraz i las...
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