Vistas de página en total

11796

13 abr 2013

LA HONRADEZ .---- LA VERDAD

(TRADUCCIÓN DEL INGLES, DE S. SMILES, El Carácter)

           "No abandones jamás el camino de la virtud y
        del honor; es el único medio por el cual puedes
        ser feliz"
                                                     BUFFON.

    La honradez y la veracidad se avienen bien juntas.Honradez es verdad, y verdad es honradez.
La verdad por sí sola acaso no constituye la grandeza de un hombre, pero sí es el elemento más
importante de un gran carácter, puesto que da seguridad a los que lo emplean y confianza a los
que sirven a sus órdenes. La verdad es la esencia de toda regla moral, de la integridad  y de la
independencia: y es de primera necesidad para todos los hombres. La veracidad absoluta es más
necesaria hoy que en cualquier época anterior de nuestra historia.
     El mentir,por más común que sea, es denunciado hasta por el embustero mismo,que protesta
que está hablando la verdad, porque sabe que ésta es generalmente respetada, en tanto que el mentir
es universalmente reprobado. No sólo es deshonroso el mentir, sino que implica cobardía. "Atrévete
a ser verídico --decía Jorge Herver; --Nada hay que necesite jamás de la mentira".Los embusteros
perniciosos son los que se mantienen al borde de la verdad: porque no tienen valor para referir un
hecho como es, sino que le dan vueltas, y dicen lo que es realmente falso. Una verdad a medias es
lo peor de las mentiras.
     Hay sierta doblez en la vida, que es del todo tan mala como la falsedad verbal, pues las acciones
hablan tan clarocomo las palabras. El hombre vil es falso en aquello mismo que manifiesta; elude la
verdad de lo que manifiesta creer; juega siempre a dos caras, y carece de sinceridad y de veracidad.
El hombre sincero habla como piensa, cree como pretende creer, obra como hace profesión de obrar,
y cumple lo que promete.
     " Son comunes otras maneras de contradicción práctica--dice el señor Spurgeon; --algunos son intolerablemente liberales; otros son feroces defensores de la paz, o destemplados contra la
intemperancia. Hemos conocido partidarios de la generosidad que eran miserablemente tacaños; y
hemos oído hablar de personas que han sido sostenedoras de la verdad de cierta forma de doctrina,
se entiende, y que, sin embargo,no han tenido miramiento por la verdad en materia de compras, o
respecto de las reputaciones de sus prójimos, o de los incidentes de la vida doméstica".
     El mentir es uno de los vicios más comunes y de más conveniencia, y predomina en lo que se llama
alta sociedad.  No está en casa, es la forma establecida para despedir al que va a hacer una visita.
Tan necesario se supone el mentir para finalizar los negocios humanos, que ya está tácitamente aceptado.
Una mentira puede considerarse inofensiva,otra venial, otra impensada. Comunes son las mentiras
pequeñas; pero, por mucho que se tolere,el mentir es más o menos detestable para todo hombre o
mujer de espíritu sencillo. "Las mentiras--dice Ruskin-- pueden ser leves y accidentales,pero son
asqueroso hollín del humo de la carbonera, y es mejor que nuestro corazón quede desde luégo
limpio de ellas, sin cuidarnos de cuáles son mayores o más atroces".
     "Mentir el el extranjero para provecho de la  patria", solia ser máxima de los diplomáticos;pero
el hombre debe tener en más su palabra que su vida. Cuando Régulo fue enviado por los
cartagineses--cuyo prisionero era -- a Roma, con un acompañamiento de embajadores a pedir la paz,
fue con la condición de que volvería a su prisión si no lograba su empeño. Prestó el juramento y
prometió que volvería.
     Cuando se presentó en Roma,instó a los Senadores para que perseverasen en la guerra y para que
no consintiesen en el canje de prisioneros, lo cual implicaba su vuelta al cautiverio en Cartago. Los
Senadores, y hasta el Sumo Sacerdote,sostenían que, como se había arrancado el juramento por fuerza,
él no estaba obligado a volver. "¿Habéis resuelto infamarme?" , les preguntó Régulo. No se me oculta que
se me esperan la muerte y los tormentos; pero ¿ qué es todo esto comparado  con la vergüenza de  una
acción infame, o las congojas de un ánimo culpable? Por más que ahora  sea esclavo de Cartago,conservo aun el espíritu romano. He jurado volver: mi deber es cumplirlo. Los dioses cuidarán de lo demás". Y
Régulo volvió a Cartago y murió en el tormento.
     " Que el que quiera vivir bien-- decía Platón--procure llegar a la verdad, y entonces, y no antes, dejará
de afligirse". Y podemos citar aquí también un pasaje del Emperador Marco Aurelio: "El que obra injustamente,obra impíamente; porque desde que la naturaleza universal ha hecho a los animales
racionales para su mutuo servicio, para ayudarse unos a otros, conforme a sus merecimientos, pero en manera alguna para dañarse unos a otros, el que quebranta su voluntad es claramente culpable para con la
Divinidad Suprema. Y también el que miente es culpable de impiedad, para con la misma Divinidad, por
la naturaleza universal de todas las cosas que hay, y  todas las cosas que hay tienen relación con todas las cosas que adquieren existencia. Así pues,el que miente intencionalmente es culpable de impiedad, por cuanto obra injustamente engañado; y  también el que miente sin intención, por cuanto está en desacuerdo con la naturaleza universal, y por cuanto perturba al orden  al ponerse en pugna con la naturaleza del mundo:
porque se pone en pugna con él aquel que va por sí mismo a lo que es contrario a la verdad, porque ha recibido facultades de la naturaleza, y por descuidarlas, ya no puede distinguir la falsedad  de la verdad. En
efecto, el que busca el placer como un bién, y evita el dolor como un mál, es cúlpable de impiedad".
     De varias maneras  se manifiesta la verdad y la honradez. Ellas caracterizan a los hombres de recto proceder, a los que son íntegros en sus negocios, a los que no engañan a los demás por sacar mayor provecho. La honradez es la más sencilla y la más humilde manifestación del principio de la verdad. Las
medidas cabales, las pesas justas,las muestras exactas,el servicio completo, el estricto cumplímiento de los
compromisos, son cosas indispensables para los hombres de carácter.

                                                                                                     VENANCIO G. MANRIQUE

Term: Manrique, Venancio G, 1836 - 1889

Capítulo de libro
AnexoPrólogo a la edición original de Cantos populares de mi tierra (1877)Dos palabras1Hé aquí un jénero de poesía enteramente nuevo en el país, i acaso en la lengua castellana, con perdon de Rodríguez Rubí, como que aparte la fiel pintura de las costumbres materia de ella, bajo el disfraz i las...

 



   
                        

12 abr 2013

LA ILUSIÓN

    En un río se veía
Flotar un copo de espuma
Que de vellón y de pluma
Un nidito parecia.

    Un tominejo inocente,
Por su albura seducido,
Tomólo por muelle nido
Y se lanzó a la corriente.

     Mas al posarse se hundió
El copo engañoso y leve,
Y entre las aguas en breve
El ave desapareció.

    Así la ilusión parece
Nido de nevada pluma,
Y al tocarla, como espuma
Se apaga y desaparece.

           RUPERTO S. GOMEZ


El 29 de noviembre de 1881 el mundo intelectual de Bogotá estaba algo alborotado. En los círculos literarios todos corrían para asistir a los recintos de la Academia Colombiana donde, en acto solemne, se iba a conceder una medalla de oro al poeta ganador del concurso convocado con motivo del centenario de don Andrés Bello. La sesión pública estaba preparada con todas las galas. Se otorgarían los premios del concurso poético y del trabajo en prosa. Entre los asistentes, presidía el acto el jefe de Estado, el señor Rafael Nuñez, en compañía de algunos de sus ministro. Alrededor de la mesa principal estaban los miembros de la Academia: Miguel Antonio Caro, José Rufino Cuervo, José Joaquín Ortiz, Rafael Pombo, José Manuel Marroquín, y José Caicedo Rojas. Del listado anterior, el único que no escribía poesía era el filólogo Cuervo.

En medio de la ceremonia lleva la palabra el actor español, el señor Annexy, quien se levanta de su silla para dar lectura a la poesía premiada y cuyo autor, era ignorado todavía. De inmediato el suspenso continúa cuando es don Rafael Pombo, quien como autor del informe de la comisión, se levanta para decir lo siguiente del poema premiado: "Poesía que en primer lugar es poesía, y americana lleva en sí su música y su canto, por el movimiento de las ideas y el acorde ritmo de la palabra; de género ya heroico, ya descriptivo, mas no elegiaca ni política; de periodo singularmente natural en su plenitud y robustez, sin afectación ninguna; rica, mas no de ruido y color ocioso, sino de imágenes y pensamientos; libre en su forma como las silvas de Bello, y exenta, como ellas, de maquinaria pagana, fuera de ciertas personificaciones que no son fábula, sino del lenguaje común".

Los elogios continúan hasta que el señor Pombo en su informe hace un reparo: "Mas en nuestra decisión por esta poesía, tratamos de no ser ciegos. Observamos que su autor peca, felizmente por exceso de numen más bien que por defecto; que en su plan hay desproporciones; que en algunas partes sobran figuras; y varias de ellas sin influencia ulterior; que suele dilatarse inoportunamente en incidentes y con monotonía en sus engarces; que incurre en descuidos menores; ... su obra no parece fruto de mucha vigilia y pulimento, sino, por el contrario, escrita de prisa y como escasa para el designio original y fuerza del cantor..."

De inmediato se da el nombre del ganador, el señor Ruperto S. Gómez. Se da lectura al extenso poema ganador que la concurrencia aplaude:

¡Oh genios, despertad! y el estro ardiente
Bullirá en vuestra mente,
Si no ante el humo de feral pelea,
Donde revuelve indómito guerrero
Amenazante acero

En el momento de recibir el premio, Ruperto S. Gómez cuenta con 44 años de edad y cuatro de estar escribiendo poesía. Era algo extraño para la época cuando todos los poetas se iniciaban a muy temprana edad. Su vocación fue primero hacia la docencia. Con la salvaguardia del fabulista y comediógrafo chocoano Ricardo Carrasquilla, estuvo como suplente en la dirección del Liceo de la Infancia, prestigioso plantel, donde se formó discípulos que después se distinguieron en las letras y la política. El colegio funcionaba en su casa de habitación. Los estudiantes llegados de provincia, se internaban en el hogar claustro y se educaban al lado de la esposa y de los hijos del rector. Los primeros poemas de Ruperto S. Gómez, son puestos al servicio de la enseñanza, por los que escribe versos fáciles para la memoria como sus Tablas de las cuatro operaciones de enteros y sus Ejercicios para corregir palabras y frases mal usadas en Colombia. Se conocen también los versos didácticos, Problemas de geografía, que escribió en compañía de Carrasquilla. Durante muchos años sus textos estuvieron en muchos de los planteles educativos de la época y era, entre todos los métodos empleados, el más conocido.
El colegio de propiedad del poeta Gómez se llamó Establecimiento de enseñanza objetiva. Quiso con este nombre hacer ejercicios prácticos, por lo que lo dotó de un laboratorio de química, un museo de historia natural que estaba beneficiado con un herbario con plantas del altiplano cundiboyacense que había organizado Francisco Bayón. En todas las paredes había mapas de todas las regiones del mundo y en aulas especialmente acondicionadas, instrumentos adecuados para la práctica de la agrimensura y la geometría. Pero lo que más llamaba la atención a estudiantes y visitantes era una moderna instalación de telégrafo que despues le incautaron en la guerra de 1876, cuando el partido conservador al que pertenecía Ruperto S. Gómez, fue vencido. Muere en Bogotá el 16 de noviembre de 1910.

EL ORGULLO

                                       LA ARAÑA Y EL JARDINERO


    En la rama de un árbol trabajaba
Una araña su tela.El jardinero
Atento la miraba,
Y al fin dijo con aire chocarrero:
Mucho tu industria, amiga, se desvela
Por fabricar tus redes pescadoras;
Pero tan frágil tela
Durará, me parece, pocas horas;
    Que al podar esa rama vendrá abajo
La hamaca en que te meces, y perdido
Será tu vil trábajo
Y los días que en él has consumido.
    - Y díme, le responde el pobre insecto,
Este bello jardín que tú cultivas
Con arte tan perfecto,
Y este árbol y esas casas tan altivas
¿Por siempre han de durar? Tu misma mano
Que amaga mi existencia y que ya espera
Lanzarme el golpe insano,
¿No es como yo, también perecedera?

    Engaña al hombre su impotente orgullo,
Pensando que del tiempo en el abismo,
De un gusano el capullo
Y el bello Paternón no son lo mismo.
Tuvo razón la araña,
Que todo en este mundo es telaraña..

                          JOSÉ CAICEDO ROJAS.

PARA LOS PADRES

                                              EL PAJARO MUERTO Y VIVO


    A un ateniense chistoso,
Que picaba de adivino,
Se le acercó otro ladino
Y con aire jactancioso,
    Mostrando el puño cerrado,
Le dijo:- Si eres experto,
Responde, ¿está vivo o muerto
Este pájaro?- ¡Menguado!
    Repuso el otro festivo,
Estará como tú quieras:
Estará de ambas maneras
En tu mano, muerto o vivo!
    Si digo que muerto está,
Con sólo abrir tú la mano
Saldrá el pajarillo ufano
Y volando escapará.
    Y perderé de igual suerte
Que está vivo asegurando,
Pues al cautivo apretando
Le darás segura muerte.
    Sí los padres esto oyeran,
Fijáranlo en la memoria:
Los hijos, dice esta historia,
Han de ser lo que ellos quieran.
                     
                     JOSE CAICEDO ROJAS
                                                    
José Caicedo Rojas
José Caicedo Rojas nació en Bogotá el 8 de agosto de 1816 y murió en esa capital el 20 de octubre de 1898. Caicedo pertenece a una generación de poetas-periodistas que se forjaron dentro del horno de los episodios sangrientos. Ellos vieron enarbolar la anarquía y su bandera de locura. Mientras Colombia crecía, sin la libertad de los liberados, su intelecto intentó oficiar una causa bella que se apoyó en su belleza interior. Su creatividad, en muchos campos afines, diseñó un ejemplo a seguir. Dentro de las humanidades se desempeñó con éxito. Entre sus actividades se cuentan las de educador, poeta, dramaturgo, ensayista, novelista y traductor, que son parte de su bagaje y herencia. Su pasión predilecta, el periodismo, la ejerció desde la tribuna de la vieja imprenta, siempre perseguida. Sus apuntes quedaron para la posteridad en varias publicaciones de interés general. El Repertorio Colombiano, El Mosaico, El Papel Periódico, El Neogranadino, El Pasatiempo y El Museo entre otros importantes medios le abrieron sus columnas. Redactó con los seudónimos de Celta, Damón y Yarilpa. Amante sin par de los hábitos vernáculos se dedicó a cultivar el costumbrismo que fue, sin duda, el resultante de una de las tendencias románticas que mejor exaltaron las diferencias del comportamiento regional en un país mestizo. Así, con sus textos generosos en cuadros de vivencias orientó la opinión pública hacia un tema muy exigente. La obra pertenece a la raza de un género propio más inclinado a la historia y a la etnografía que a la literatura: el costumbrismo. De la observación de los movimientos sociales y su evolución hacia la conservación se expresó en verso. En este campo dejó delicadas y eximias poesías entre las que se destacan: El primer baño de Eva y La fuente de Torca. Escribió también un libro de poesías y El álbum de los pobres, que es una bien lograda antología. Su delicada narrativa experimentó, en el campo del relato breve con intención manifestada en una moraleja, un aporte significativo en las fábulas. Sus enseñanzas y consejos dejaron huella. La novelística también le permitió gestar obras interesantes que ya no se recuerdan y que claman por una reedición. Por ejemplo, Los amantes de Usaquén, La espada de los Monsalve, La bella encomendera y Martín perulero son parte de su inmenso caudal literario que aún reposa en las bibliotecas desconocidas. Don José Caicedo cumplió con ayudar a convertir a la Bogotá de antaño en un centro literario. Sus trabajos aún perviven porque sus escritos respiran memoria y tradición.

LAS VERDADES MÁS CRUELES.

                                                    EL AVARO Y EL ENVIDIOSO


    En busca de verdades y consejas
Suelo yo revolver las cosas  viejas;
Y ha querido el destino
Que muchas veces halle en un libraco
Forrado en pergamino,
Lo que por nuevo nos vendió un bellaco
En librillos de estampas y labores
A guisa de Lenguaje de las flores.
    Pues, señor, y es un cuento que he leído:
júpiter,no el tonante, el divertido,
Tenía un genio raro:
Y una vez se antojó,¡ miren qué antojo!
De llamar a un avaro
Que creyendo ahorrar sol cerraba un ojo;
Hombre feroz,de corazón de tagua,
Hermano, en fin, de aquel que aguaba el agua
    El muy taimado jove supradicho,
Yo no sé si con mira o por capricho,
También a un envidioso
Que era estevado, chato y rostrituerto,
Convocó cariñoso.
¿ Y para qué? dirán; si el caso es cierto,
Para satisfacerles,nada menos,
Sus deseos,los malos y los buenos.
Sentado el dios en su gentil bufete,
Democráticamente taburete,
Desechó todo ambage,
Y con el envidioso y el avaro
Usó de este lenguaje
Que nadie tachará de poco claro:
"Pida el primero,y le daré hasta el mundo;
Pero doble merced haré al segundo".
    Hazte cargo lector, si eres discreto,
De si el dios me los puso en buen aprieto,
Pues uno y otro obraba
Por opuesta razón del mismo modo,
El avaro callaba
Por lograr más; y por lograrlo todo
El envidioso el labio no movía;
Y Jove, el socarrón, se sonreía.
"Sí no rompe uno pronto este silencio,
A ser ahorcados ambos os sentencio",
El dios dijo imponente,
Y avaro y envidioso se miraron;
De entrambos en la frente
Ansia, duda y rencor relampaguearon;
Y los dos fueron a soltar la voz,
Y enmudecieron, viéndolo los dos.
    Ya iba a dictarse el fallo tremebundo,
Cuando el avaro prorrumpio iracundo:
"Mandad sacarme un ojo,
Y así, aunque logre el doble este tunante
De la merced que escojo".
_ "Concedo" , dijo al dios. Desde este instante
Tiene un ojo,no más, el avariento,
Y es ciego el envidioso. Este es el cuento.
                               SANTIAGO PEREZ

8 abr 2013

DICHOS MAGICOS.

La alegría sólo se siente cuando uno se abre y se da. (Ladislaus  Boros)

Sólo el amor que se hace don puede transformar nuestro planeta. (Juan XXIII)

Sólo existes si amas;el ser solamente es ser si es el ser del amor. (Ludwig Feuerbach)

Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad.
                                                                                     ( Pearl S. Buck)

La confidencia corrompe la amistad; el mucho contacto la consume; el respeto la conserva.
                                                                                                                 ( Cicerón)

La amistad verdadera es una planta de desarrollo lento. (Georges Washihgton)

Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas, y la verdad se busca con la humildad.
                                                                                                  (Miguel de Unamuno)


A nadie hago daño, de nadie hablo mal, no pienso mal de nadie , a todos les deseo el bien.
                                                                                                  (santo Tomás Moro)


El leer hace completo al hombre; el hablar lo hace expedito; el escribir lo hace exacto.
                                                                                        ( Francis Bacon)


La sonrisa es como un toque mágico, comunica algo de la existencia de Dios a las personas
que nos rodean. (Teresa de Calcuta)

Dios no quiere forzar a nadie,sino solamente propone, invita y aconseja. (beata Ángela de Foligno)

No cambia el hombre porque cambie de lugar sino si cambia de vida y costumbres.
                                                                                     ( Francisco de Quevedo)

No quiero dar para recibir (santa Teresa de Lisieux)

Nuestra misión en la vida no consiste en triunfar, sino en seguir cayendo serenamente.
                                                                                    ( Robert Louis Stevenson)

Muchos hombres cometen el error de sustituir el conocimiento por la afirmación de que es verdad
lo que ellos desean. (Bertrand Russell)

Paradójicamente, la dificultad de vivir es normal. (Marc Oraison)

Sólo poseemos lo que podemos dar; lo que no podemos dar no lo poseemos,sino que nos poseee
a nosotros. (Emmanuel Mounier)

Para dialogar,preguntad primero; después....,escuchad (Antonio Machado)

3 abr 2013

CONSEJOS DE UN PADRE A SU HIJO.

                                                        MI MADRE        

   ¡En presencia de la maestra de tu hermano, faltaste al respeto a tu madre !
¡Que esto no suceda más, Enrique mío! Tu palabra irreverente se me ha
clavado en el corazón como un dardo. Piénsa en tu madre cuando años atrás
estaba inclinada toda la noche sobre tu cama,midiendo tu respiración,
llorando lágrimas de angustia y apretando los dientes de terror,porque creía
perderte,y temía que le faltaba la razón; y con este pensamiento experimentarás
cierta especie de terror hacia ti. ¡Tú ofender a tu madre,a tu madre,que daría
un año de felicidad por quitarte una hora de dolor,que pediría limosna por ti,
que se dejaría matar por salvar  tu vida! Oye, Enrique mío: fíja bien en la
mente este pensamiento. Considéra que te esperan en la vida muchos días
terribles; pues el más terrible de todos será el día en que pierdas a tu madre.
Mil veces, Enrique, cuando ya seas hombre fuerte y probado en toda clase de
contrariedades, tú la invocarás, oprimido tu corazón de un deseo inmenso de
volver a oír su voz y de volver a sus brazos abiertos para arrojarte en ellos
sollozando, como pobre niño sin protección y sin consuelo. ¡Cómo te
acordarás entonces de toda la amargura que le hayas causado, y con qué
remordimiento, desgraciado, las contarás todas! No esperes tranquilidad en tu vida si
has contristado a tu madre. Tú te arrepentirás, le pedirás perdón, venerarás su
memoria inútilmente; la conciencia no te dejará vivir en paz; aquella imagen
dulce y buena tendrá siempre para ti una expresión de tristeza y reconvención, que
pondrá tu alma en tortura. ¡Oh, Enrique, mucho cuidado! este es el más sagrado
de los humanos afectos. ¡Desgraciado del que lo profane! El asesino que
respeta a su madre, aún tiene algo de honrado y algo de noble en su corazón;  el
mejor de los hombres que la hace sufrir o la ofende, no es más que miserable
criatura. Que no salga nunca de tu boca una palabra dura para la que te ha dado el
sér. Y si alguna se te escapa, no sea el temor a tu padre, sino un impulso del
alma lo que te haga arrojar a sus pies, suplicándole que con el beso del perdón
borre de tu frente la mancha de la ingratitud.  Yo te quiero, hijo mío; tú eres la
esperanza  más querida de mi vida;pero mejor quiero verte muerto, que saber
eres ingrato con tu madre. Véte, y por un poco de tiempo no me hagas caricias;
no  podría devolvértelas con cariño.- Tu padre,
                                                           E. DE AMICIS



Edmundo de Amicis
Edmundo de Amicis fue un escritor italiano, novelista y autor de libros de viajes.


Tuvo su primer contacto con la literatura en Cuneo. Estudió en un liceo de Turín. Entró a los dieciséis años en la Academia Militar de Módena, donde se recibió de oficial. Es en esta posición, cuando participa de la batalla de Custoza de 1866. Luego se haría viajero y escritor, que reflejó en sus obras las vivencias de sus viajes. Su obra se caracteriza por la mezcla del romanticismo y el realismo con un propósito altamente ético en el sentido de orientar al lector siempre hacia el bien.
Marruecos (1876), España (1873), Holanda (1874), son algunos de los numerosos libros de viajes que alcanzaron también éxito por la facilidad demostrada , por el autor , para describir rápidamente los lugares y costumbres que se ofrecen ante su vista. Posteriormente, escribió su novela Los amigos (Gli amici, 1883).
De Amicis más tarde se uniría al Partido Socialista, en cuyo periódico Il Grido del Popolo publicó artículos que luego reunió en su libro Cuestión social (Questione sociale, 1894), sobre el cual dictó varias conferencias. Vuelve a la actividad literaria con Novela de un maestro (1890), cuyo estilo, diferente al empleado en sus obras anteriores, según los críticos fue amargo y desencantado. Su siguiente trabajo, L'idioma gentile (1905), fue una apología no solo de la lengua italiana, sino también a las tradiciones y cultura de su país.
Anteriormente, publicó en 1886 su obra, tal vez la mejor conocida, Corazón concebida en la forma de un Diario personal de un niño, Enrique, a través de su año escolar como alumno de tercer grado en una escuela municipal de Turín, alternado con narraciones de tono emotivo. Fue traducida a múltiples idiomas y llevada al cine y la televisión y posteriormente en forma de dibujos animados en la serie japonesa Marco, de los Apeninos a los Andes, inspirada en la narración interpolada en este libro denominada De los Apeninos a los Andes.

[editar] Obras

  • La vita militare (1868) (La vida militar)
  • Novelle (1872) (Novelas)
  • Ricordi del 1870-1871 (Recuerdos del 1870-1871)
  • La Spagna (1872) (España, viaje durante el reinado de Amadeo I de Saboya, 2002)
  • Ricordi di Londra (1873) (Recuerdos de Londres, 2008)
  • Ricordi di Parigi ( 1878) (Recuerdos de París, 2008)
  • Constantinopoli (1878/79) (Constantinopla, 2007)
  • Los efectos psicológicos del vino (1880) - Ediciones TREA 2009
  • Gli Amici (1883) (Los amigos)
  • Cuore (1886) (Corazón, 2009)

EL ANGEL POBRE.

                                                        LA ABUELA


Cariño grande tenía,
Como es regular tenerlo,
A un niño de pocos años
Su abuela casí de ciento.

Murió un pariente y dejó
A los dos por herederos,
Para que a medias gozaran
Sus alhajas y dinero.

Un grupo de San Miguel
Con el diablo por trofeo
Quedó de nones al cabo
Del total repartimiento.

Era el ángel de marfil
Y el diablo de oro; y queriendo
Repartir los albaceas
Alhajas de tánto precio,
Dijo la abuelita:__Yo
Con lo peor me contento;
Venga el demonio conmigo,
Y lleve el ángel mi nieto.

            ____
  Así son viejas y niñas,
Así son mozos y viejos:
Nadie quiere al ángel pobre;
Todos al diablo opulento.
                         JUAN DE MATOS FRAGOSO


Juan de Matos Fragoso (Alvito, Portugal, 1608 - Madrid, 4 de enero de 1689), dramaturgo y poeta español de origen portugués
BIOGRAFÍA

Nació en el Alentejo hijo de Antonio Fragoso de Matos y Ana de Souza. Se licenció en Filosofía y Jurisprudencia en la Universidad de Évora, y luego marchó a establecerse a Madrid, donde entabló amistad con los dramaturgos principales de la época, en especial Juan Pérez de Montalbán; su primera obra poética conocida es un soneto en que llora su muerte publicado en las Lágrimas panegíricas (1639), después del de Agustín Moreto. Por lo que dice en su comedia Pocos bastan sí son buenos, impresa en la Parte trigesimocuarta (1670), debió pasar un tiempo en Italia y se representó alguna comedia suya en la corte del virreinato de Nápoles. En 1662 consiguió el hábito de la Orden de Cristo. Estuvo siempre bien relacionado y tuvo por mecenas a varios nobles importantes, e incluso al mismo rey Felipe IV. No pasó nunca apuros económicos. Jerónimo de Cáncer se burló en su famoso Vejamen de las afectaciones culteranas del verso de Matos:
Con las aguas que llueven
desde el Parnaso,
las voces castellanas
se me han hinc
Obra
Destaca por ser uno de los dramaturgos más prolíficos del siglo XVII, dentro de la escuela de Pedro Calderón de la Barca, a la que se ha caracterizado por su tendendia a refundir y perfeccionar piezas anteriores o volver a tratar temas anteriormente usados, como el de la novela El curioso impertinente de Cervantes, convertida a su vez en obra teatral por Guillén de Castro, que adaptó en su El yerro del entendido. En 1658 se publicó en Madrid la primera parte de su comedias con doce piezas (El amor hace valientes, Amor, lealtad y ventura, Callar siempre es lo mejor, Con amor no hay amistad, El hijo de la piedra, Los indicios sin culpa, El marido de su madre, La tía de la menor, El yerro del entendido, La razón vence al poder, No está en matar el vencer, y El traidor contra su sangre). El resto de ellas se publicaron sueltas, en Partes de varios autores o se conservan manuscritas, siendo muchas de ellas de compleja atribución.
Entre sus refundiciones destacan El Nuevo Mundo en Castilla, sobre Las Batuecas de Lope de Vega; El ingrato agradecido, sobre El ingrato del mismo autor; Ver y creer, el rey don Pedro de Portugal y doña Inés de Castro, continuación de Reinar después de morir de Luis Vélez de Guevara; El sabio en su retiro y villano en su rincón Juan Labrador, refundición de la famosa obra de Lope.
Fue asiduo colaborador de comedias de varios ingenios, entre las cuales la más célebre es El hidalgo de La Mancha (con Juan Bautista Diamante y Juan Vélez de Guevara), donde se revisan sin orden cronológico distintos episodios de Don Quijote de la Mancha. En El marido de su madre se expone el tema del incesto en torno la vida y leyenda de San Gregorio. De enredo son Lorenzo me llamo, y carbonero de Toledo y Riesgos y alivios de un manto, que es una de sus comedias mejor versificadas. El traidor contra su sangre, por cierto, inspiró el largo poema narrativo o leyenda del Romanticismo El moro expósito, de Ángel de Saavedra, Duque de Rivas.
Se acercó también a los géneros teatrales cómicos a través de distintos entremeses (El asaeteado, Los carreteros, Don Terencio, El galán llevado por mal, El indiano crédulo o El trepado), una mojiganga (El follón) y una Jácara retratando a una dama. También escribió al menos dos comedias burlescas: Antíoco y Seleuco, escrita junto a Alonso de Olmedo y Ormeño y José Rojo sobre la comedia homónima de Agustín Moreto y El más impropio verdugo (parodia de la obra escrita por Francisco de Rojas Zorrilla).
Como poeta cabe destacar sus mitológicas Fábula burlesca de Apolo y Leucotoe (Madrid, 1652) y Fábula de Eco y Narciso (1655), en setenta octavas reales, y Muestra del ingenio en la de un relox (sin lugar ni año). Otras obras en verso suyas son Festejo nupcial en las felices bodas de la Majestad de don Pedro II y la muy alta y soberana señora doña María Sofía Isabel, Palatina, Reyes de Portugal (Madrid, 1687), en octavas reales; Acentos lyricos al feliz nacimiento del esclarecido Príncipe hijo primogénito de los señores Reyes de Portugal (sin lugar ni año); unas Octavas a San Pedro de Alcántara, en la Relación de las fiestas a la canonización de este Santo (Madrid, 1670) y la canción que hizo y obtuvo premio en el de la Soledad (1660). También escribió una Canción a la muerte de la Reina doña Isabel, esposa de Felipe IV, que fue impresa en la Pompa funeral (1645).